Los libros viejos huelen a vainilla

Hoy os voy a poner unos deberes facilitos facilitos. 

Vamos a desempolvar y sacar brillo a todos esos viejos libros que tenéis olvidados. 

¡Seguro que guardáis alguno! 

Buscad, buscad bien en casa de los abuelos, en el fondo de los cajones, en el desván, en el trastero o en lo alto de la estantería... porque los libros viejos ¡ huelen a vainilla !.

Pensaréis que me lo estoy inventando, pero no es así.

La respuesta científica nos dice que el olor procede de la descomposición de los compuestos químicos usados (pegamento, papel, tinta,...). En concreto el papel, contiene lignina (el polímero más abundante en el mundo vegetal) y es el que le da ese olor tan característico y que además cuando se oxida da lugar al color amarillento.

Semejante disertación se debe a una larga mañana en la peluquería durante la cual entre las mil y una revistas del corazón y catálogos de peinados imposibles, se coló una Quo.

Increíble, lo sé, pero así fue como cayó en mis manos. 

Y en vez de acabar yo la mañana puesta al día sobre el futuro nieto de una tonadillera o la vida de una infanta, pues acabe... buscando, rebuscando, hojeando, leyendo, releyendo y oliendo mis viejos libros, mis cómics, mis cuadernillos de escritura y mi cuento troquelado favorito... "Ana la azafata".

A vainilla no sé si huelen, a lo mejor no ha pasado aún el tiempo suficiente, 

pero han dejado un montón de recuerdos en el aire.

¿Y vosotros ? ¿conserváis vuestros viejos libros?, pues nada, 

¡¡agudizad el olfato y me contáis!!

Feliz lunes con olor a vainilla